Existe un lugar en Cuba donde, literalmente hablando, de pronto aparecen las nubes y lo rodean a uno en un ambiente húmedo y singular. Se les puede ver avanzar y cubrirlo todo como un manto. En ocasiones son poco densas; en otras, apenas divisa uno sus propios pies. Es una suerte verlas, es casi como estar en el cielo, aunque lamentablemente no siempre están ahí para ser disfrutadas. Son un raro regalo.
Este sitio es único en Santiago de Cuba y quizás en todo el país pues combina, con magistral gracia, esa sensación de estar en el cielo, con los valores más exquisitos de la naturaleza, una caprichosa casualidad geológica y el interminable poder transformador de la mano del hombre. Es, sin dudas, La Gran Piedra y su maravilloso entorno.
Cuando se habla en Cuba de turismo de naturaleza, de montaña y de senderismo, de arquitectura mimetizada con el entorno…
Ver la entrada original 1.117 palabras más